Viernes 14 de mayo de 1993, la Maternidad del Este de Valencia vive un día normal en su cotidianidad, bastante diferente a la de hoy en día. Por sus pasillos las enfermeras transitan de un lado a otro; las señoritas y mujeres embarazadas dan a luz o son atendidas en chequeos médicos… Dentro del pequeño caos característico en los centros de salud reina un pequeño orden.

Yamileth estaba dentro de aquel lugar en dicho momento, se encontraba junto a José Luis, su esposo. Ese mismo día nació su primer hijo: Luis Carrillo. La alegría del momento abrumó a una familia que lo querría y formaría de la mejor manera, era como una pequeña burbuja de felicidad en medio del vaivén del personal de la maternidad.

Unos años después, el pequeño Luis ya disfrutaba de todo tipo de deportes, era un niño muy inquieto y pasaba el día de juego en juego. Su lugar favorito era la casa de sus abuelos en La Michelena, ahí cada vez que podía bajaba a pasar el rato con sus primos. Sus padres lo veían con muy buenos ojos, sin ningún tipo de intención de inculcarle sueños de ser un gran atleta porque sabían la presión innecesaria que eso generaba en un pequeño.

Luis lucía como cualquier muchacho de su edad, era delgado y de piel blanca, aunque había algo peculiar: siempre había sido el más alto de toda su escuela. A pesar de todo esta no fue exactamente una de las razones por la que comenzó en el baloncesto; a los 12 años entra en aquella disciplina porque los señores Carrillo querían que drenara de alguna manera tanta energía. Sin saberlo o sin quererlo lo habían llevado al lugar que le daría más felicidad en su vida: una cancha con dos aros.

El tiempo transcurría y su cariño por un balón color naranja aumentaba cada vez más. Iba ocasionalmente con su papá a ver a Trotamundos, allí conoció al equipo de sus amores. Los ojos le brillaban con cada jugada, cada clavada, cada asistencia, no obstante, seguía sin desarrollar aquella ambición de poder pisar ese tabloncillo también.

Una respuesta inesperada

Con quince años se le comunica algo que lo tomó por sorpresa, lo habían convocado a la selección de Carabobo. Aquella oportunidad generaría una alegría desenfrenada en muchos jóvenes aunque él se lo tomó con calma. Al llegar al Teodoro Gubaira vio a los que serían sus compañeros; eran tan altos como él, fuertes y en su mirada se podía ver un hambre voraz por comerse a sus rivales. En ese momento Luis se quedó pensativo y al ver una que otra jugada pensó: “no gracias, esto no es lo mío… Mejor me voy”, y así fue, no participó en ninguna competencia.

Un año después le ofrecen de nuevo formar parte de la selección, esta vez para ir a Margarita a un nacional. Su reacción fue la misma, no quiso y tampoco hubo manera de convencerlo de lo contrario. Unos meses después la selección de Venezuela fue a entrenar a Carabobo y uno de los entrenadores que lo conocía lo recomendó. No lo convocaron porque ya era muy tarde pero increíblemente un mes después lo llamaron para participar en un premundial y esta vez sí aceptó. Luis Carrillo había conseguido uniformarse con Venezuela sin haberlo hecho con Carabobo.

Durante las concentraciones sus compañeros le preguntaban quién era, nunca lo habían visto y ni siquiera habían jugado contra él. El torneo fue en Mendoza, Argentina; allí no vio muchos minutos pero disfrutó mucho de la ciudad. Al llegar a Venezuela de nuevo por fin decidió unirse a Carabobo.

En 2009 Trotamundos va al Teodoro Gubaira y lleva una clínica de baloncesto. Unos días después llaman a Luis y a otros compañeros a participar en unos entrenamientos con el equipo. Tres días después lo firman, él dudó un poco porque quería estudiar medicina, pero no consiguió entrar a la Universidad de Carabobo (UC) debido a que no pidió el cupo a tiempo así que accedió. Un año después comienza su participación con el filial de la franquicia llamado Dragones de Carabobo.

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Sueños con precisión quirúrgica

2012 Fue el año en el que consiguió comenzar con su formación universitaria. Entró a la UC gracias al mérito deportivo, lo que le permitió estudiar y entrenar de manera simultánea. Un año después vino uno de sus mejores momentos, era un juego de la temporada de 2013, en el Forum el ambiente era relativamente normal aunque a él la emoción lo carcomía por dentro: era el día de su debut. En el momento en que Nelson Jiménez anunciaba a los jugadores nació su sobrenombre, decía uno a uno hasta que llegó el momento de mencionar al protagonista de esta historia… “El cirujano, Luiiiis Carriiiiillo”. Esto debido a su carrera.

En 2015 sus esfuerzos comenzaron a rendir frutos. La temporada era excelsa para él, fue nombrado jugador de la semana varias veces y quedó entre los nominados a novato de año. En plena competencia fue convocado a la preselección de Venezuela y tuvo que congelar la carrera; una decisión dura pero fue compensada por la gran experiencia de viajar a España junto a excelentes jugadores, además de aprender muchísimo de Néstor “el Che” García.

Desde ese momento ha tenido grandes episodios, fue llamado de nuevo en varias ocasiones para enfundarse la camiseta vinotinto y pudo ser campeón nacional nada más y nada menos que con el equipo de su vida. Es como si desde el tabloncillo pudiera ver a las gradas y retroceder el tiempo para observarse a sí mismo con su papá admirando a quienes fueron sus ídolos.

Carrillo es un basquetbolista fenomenal por lo que hace dentro de la cancha, pero sin lugar a dudas es una excelente persona fuera de la competencia, es de esos jugadores que salen del molde y llevan consigo su alegría a la hora de salir al ruedo. De hecho, puedo recordar que en un juego, luego de haber hecho una falta tomó bruscamente a uno de sus rivales y contrario a lo que se podría pensar, le dio una palmada en la espalda y le pidió disculpas mientras reía: definitivamente debe ser un modelo a seguir por su actitud… Te deseamos lo mejor en tu carrera Luis y esperamos poder verte pronto con el expreso azul en una nueva temporada.

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Ángel Torres

CREADOR Y REDACTOR

20 años – Amante de las perspectivas diferentes y de las historias. Incondicional fanático de la práctica de todo tipo de deportes.