Veinte juegos, una copa que lo tuvo todo; alegría, decepciones, remontadas y noches mágicas en el Forum. La mesa estaba servida para hacer historia y al frente estaba nada más y nada menos que el rival de la final pasada; un duelo que trascendía más allá de la cancha, era baloncesto en su estado más puro, eran todos los fanáticos presentes y los que no estaban también, los que se fueron del país en estos 13 años y aquellos que dejaron este mundo pero alentaban desde el cielo.

La tensión se palpaba en el ambiente; tan solo 40 minutos separarían a Trotamundos de Carabobo y a Guaros de Lara de levantar ante la atenta mirada de los venezolanos un nuevo trofeo. Con el juego que determinaba al tercer lugar finalizado y los actos protocolares realizados, la hora de salir al tabloncillo se acercaba y con ella los recuerdos de enfrentamientos pasados venían a la memoria de los protagonistas que lucharían para escribir una nueva página dorada en el baloncesto venezolano y en sus vidas. 

Mientras aquel momento llegaba, Parque Miranda se impregnaba de un ambiente mágico; las personas colmaban poco a poco los asientos y en la cancha la prensa hacía su trabajo, todo con la voz de Atilano Hidalgo de fondo animando a cuantos pudieran oírle. El amor de algunos por sus colores los llevó a viajar hasta Caracas, tal es el ejemplo de la barra carabobeña El Combo Azul. Todo era sencillamente impresionante, era una atmósfera sana, familiar, inclusive cálida gracias a los colores del recinto, pero se podía respirar el hambre de victoria, las ganas de ser campeón.

La concentración era más que evidente y el compromiso de todos era incuestionable, los jugadores salían al típico calentamiento de siempre salvo que el escenario sería distinto a los demás. Aunado a esto el nivel de amor por el uniforme y de apoyo era tal, que los jugadores que no habían sido convocados como los novatos Ángel Chourio y Gabriel Pino ayudaban a pasar los balones en el calentamiento.

La mesa estaba servida y el público estaba preparado para vivir una noche de emociones fuertes en un choque no apto para cardiacos. Los últimos segundos de los actos pre partido se esfumaban en el reloj para dar paso al tan esperado choque de titanes en Parque Miranda. Cada uno de los jugadores se concentraba en la labor que debía realizar en el duelo; Eloy Vargas y Javier Carter se acercaban al centro del rectángulo mirandino y con los nervios a flor de piel, Carter ganaba el salto que daba inicio al partido más importante de la temporada. 

Primer Cuarto

En seguida Néstor Colmenares convertía los dos primeros puntos del encuentro con tan solo 5 segundos transcurridos. Paradójicamente Eloy Vargas fallaría el primer intento del expreso y ni corto ni perezoso José “el grillo” Vargas se sacaría un triple del repertorio con tanta facilidad que intimidaba. Michael Carrera respondía con el primer balón que perforaba el aro para quienes jugaban de visitantes, el marcador era de (2 – 5). Stefan Moody y Eloy Vargas capitalizarían par de bandejas y pondrían a los vestidos de blanco (pero de corazón azul) arriba (6 – 5). Heissler Guillent silenciaba al público con un triple; un minuto después Michael Carrera recibía una falta y ambos disparos entrarían al aro: 8 – 8 con tres minutos y medio jugados.

Una rápida ventaja sería la carta de presentación de los larenses, quienes fieles a su estilo atacaban con rapidez y sin piedad a un equipo de Trotamundos que intentaba mantener el mismo ritmo. Cada golpe era el condimento necesario para la apertura del espectáculo más esperado de la copa; Javier Carter comenzaba a capitalizar cestas que aumentaban la desesperación del expreso azul y con la ansiedad en su punto máximo, y los nervios a flor de piel los árbitros solicitaban un tiempo que caía como anillo al dedo para bajar las revoluciones. Plan que resultaría para los crepusculares, quienes apoyados en Aaron Harper contrarrestaban los intentos valencianos por revertir el marcador que terminaría 16 – 24 en favor de los Barquisimetanos. 

Trotamundos tuvo una efectividad de 0% en tiros de 3 durante el 1C

Lo intentaron 4 veces

Guaros por su lado lanzó para 45%

En el primer cuarto se mostraron bastante efectivos desde la línea de 3

Segundo Cuarto

Los primeros minutos del segundo cuarto trajeron consigo una pequeña sequía de lado y lado: Zamora, Harper, Michell, Vargas y Pérez fallaron en sus intentos por adelantar a sus equipos. Bethelmy encestaba un triple que ampliaba la ventaja a 11 puntos (16 – 27), 30 segundos después Jhornan se desquitaba y recortaba a 9 tantos la brecha (18 – 27). Lo que vino después fue una buena recuperación del expreso, Zamora y Pérez anotaban, mientras que Carter se adjudicaba dos libres por parte de los de Barquisimeto, pero Eloy Vargas puso las cosas en su lugar con un mate, los de Valencia iban abajo por tan solo 5 puntos (24 – 29) con poco más de cinco minutos por jugar.

Las cosas parecían mejorar notablemente para Trotamundos, y asi lo queria dejar claro Vargas, que sepultaba un balón en el aro gracias a un gran Alley oop servido por Jhornan Zamora y de esta forma levantaba de sus asientos a los presentes en el tabloncillo mirandino (29 – 26). Pero no todo era color de rosas, Heissler Guillent no estaba de acuerdo con el despertar azul y con bombazos desde distintas zonas de la cancha, colocaba nuevamente una diferencia notable en el marcador. Los carabobeños intentaban de todas las formas posibles recortar distancias pero era imposible ante el gran accionar ofensivo de los larenses; sin mucho más por hacer el primer tiempo de juego finalizaba con una gran jugada acrobática de Stefan Moody, que colocaba el marcador 44 – 36 y cerraba el cuarto con mucha desazón para los carabobeños que no habían desplegado su mejor juego.

«Jugábamos contra el actual campeón de la liga, obviamente iba a ser difícil pero siempre nos mantuvimos enfocados»

Pedro Chourio
Jugador de Trotamundos

Renacer en el medio tiempo

Momento difícil para el expreso, no era para nada fácil ver cómo el esfuerzo de toda una temporada se desvanecía como arena entre los dedos y lo peor de todo es la tortuosa sensación de que sí se podía ganar. Es aquí cuando entra uno de los héroes más icónicos (y polémicos) de la copa. No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que les dijo a los jugadores, pero estos salieron del vestuario animados, convencidos, con la llama de la victoria más ardiente que nunca: olían sangre y daba la sensación que se sentían invencibles. Aquellas palabras que se pronunciaron en las entrañas de Parque Miranda marcaron fuertemente el destino de toda una franquicia.

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Tercer Cuarto

El silbato del árbitro permitía el inicio del tercer cuarto de tan imponente juego y como si de una película se tratase Trotamundos recortaba distancias a pasos agigantados, y demostraba que no estaba muerto. Charles Thomas comenzaba la fiesta azul al anotar dos libres que posteriormente serían seguidos por par de bandejas, obras de Stefan Moody y Charles Thomas que harian rugir a la selva de concreto y acercarían el encuentro a tan solo 2 puntos (42 – 44). Esto había generado una batalla, la cual emocionaría a los más de 3000 aficionados presentes en el Gimnasio Joaquín Papá Carrillo y a los espectadores en casa. Canastas iban y venían, el marcador cambiaba su preferencia con una velocidad inimaginable generando un espectáculo sin precedentes.

Poco después Carter sumaba un punto desde la línea de libres, no obstante la inercia del juego del expreso era indetenible, la remontada más importante de la temporada se hacía realidad. Michael Carrera conseguía una canasta con falta incluida y luego de convertir el lanzamiento el juego se igualaba a 45 puntos. Posteriormente vino una orquesta de faltas y tiros libres: Taylor rasgó un punto, luego Moody consiguió dos tantos, acto seguido Colmenares repitió la fórmula, pero Thomas respondió con la misma receta; todos a través de libres y los vestidos de blanco (pero de alma azul) ganaban 49 – 48. 

El score seguía su constante cambio, Taylor y Ruiz anotaban bandejas, Harper continuaba anotando pero acto seguido Moody respondía con una jugada de dos puntos más una falta y la ventaja era carabobeña (54 – 51). Todos agregaban su nombre a la lista de anotadores y ninguno cedía terreno en la lucha por el dominio de la pizarra; los minutos avanzaban y la guerra seguía su curso con actores inesperados como Alex Morillo, que entraba a cancha luego de pocos minutos en los últimos partidos, y con una sangre fría extraordinaria enganchaba un triple que empataba nuevamente el encuentro antes del final del cuarto y acallaba las críticas a su persona. Sin embargo Tyshawn Taylor anotaba libres que dejaban en ventaja a Guaros 63 – 65 con un periodo aún por jugar y todo por definirse.   

«Para nadie era un secreto que Guaros era el rival a vencer: son aguerridos y siempre luchan, me voy realmente contento»

Luis Carrillo
Jugador de Trotamundos

Último Cuarto

Nervios, tensión y ansiedad es lo que abundaba en aquel recinto, el corazón latía a mil por hora y todos querían saber qué pasaría en los siguientes diez minutos. A practicamente nada de comenzar Eloy Vargas recibía una falta y sumaba dos tantos al marcador que empatarían la situación (65 – 65), sin dar respiro Gregory Vargas anotó un triple que llevaba a los suyos hasta arriba de nuevo (65 – 68), pero Eloy volvía a ser víctima de una infracción y encestaba ambos intentos (67 – 68). El tiempo trasncurría y la presión parecía pasar factura a los de Lara, fallaron todo hasta el minuto siete, cosa que aprovechó el pivot azul para anotar cuatro tantos más y darle la ventaja a su equipo de nuevo (71 – 68).

Con cada jugada, cada rebote y cada anotación el reloj terminaba su recorrido, y con él finalizaba la historia que había iniciado un 10 de Mayo. Los gritos del público animaban un partido que no tenía un ganador definido pero para los presentes el campeón estaba claro y hacía falta acelerar y acabar la película. La encarnizada lucha estaba en su gran desenlace y así lo demostraban ambos equipos, que dejaban lo último que restaba de energía; Guaros se apoyaba en sus referentes que golpeaban con fuerza gracias a Heissler Guillent, que tomaba protagonismo en los minutos finales, así como lo hacía Moody: encestaba un triple crucial, el cual sería devuelto por Guillent y este sería respondido por Thomas para igualar el marcador 78 – 78 y dar paso al tiempo solicitado por los árbitros. 

La tensión no era normal, faltaban 3:40 por jugar y Thomas devolvía la ventaja pero solo por un punto; Harper tomaba cartas en el asunto y anotaba dos tantos para arrebatar el liderato, poco después Charles intentaba un triple pero fallaría y Salazar solicitaría un tiempo muerto luego de que Chourio cometiera una falta desde afuera de la línea de tres. Harper añadía dos puntos poco después desde la línea de libres (79 – 82), el juego continuaba con su dinámica infartante y a falta de poco más de un minutoMichael Carrera daba un subidón anímico con un tapón; enseguida Vargas recibía una falta y anotaba ambos intentos: partido por uno a falta de 1:30 (81 – 82).

Llegaba el momento donde se separaban los hombres de los niños: “la chiquita”. El tiempo solicitado por el coach Fernando Duró había terminado y era momento de decidir al campeón. El reloj comenzaba a correr y los fallos se hacían presentes del lado crepuscular, Taylor no lograba encestar una bandeja y Bethelmy fallaba un triple que le permitía a Trotamundos tomar la delantera en el marcador gracias a dos libres anotados por Pedro Chourio (83 – 82). Ambos entrenadores solicitaban tiempo muerto, la tensión se podía palpar y con el corazón en la garganta había que seguir. El reloj empezaba a correr y el sueño cada vez estaba más cercano, 3 oportunidades desperdiciadas por los larenses hacían gritar a los azules y con 5 seg en el reloj y el balón para Trotamundos: la victoria era segura. 

Al volver al juego Michael Carrera recibía una falta, los crepusculares tenían que mandarlo a la línea para tener esperanzas; con los ojos de Venezuela puestos sobre él, se acercó y con una frialdad inconmensurable ejecutó dos tiros perfectos, ya se podía oler la gloria. Guaros sacó y el balón llegó a manos de Guillent, quien lanzó en suspensión: el esférico recorría el cielo mirandino, a su paso algunos sueños eran destruidos y otros nacían… ¿Quién iba a decir que un lanzamiento tuviera tanta importancia? Probablemente nadie, pero aquel balón de camino incierto nunca llegó a entrar. Era momento de celebrar por todo lo alto porque ¡TROTAMUNDOS DE CARABOBO ERA CAMPEÓN LUEGO DE 13 AÑOS DE SEQUÍA!

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Las lágrimas de felicidad colmaban los rostros de gran parte de los aficionados, que durante tanto tiempo habían esperado este momento, años de fracasos, frustraciones, sufrimiento y dolor se terminaban esa noche. Abrazos iban y venían, agradecimientos hacia el cielo eran realizados, la fiesta estaba iniciando y no tenía intención de terminar en poco tiempo. Así finalizaba todo, Trotamundos firmaba una primera copa memorable ante uno de sus más grandes rivales de los últimos años y uno de los equipos más talentosos que hay en sudamérica. Días y días de celebración y algarabía estaban por delante pero en las entrañas del Forum ardía un sentimiento, un mensaje, una consigna: nos vemos en Octubre… Y en las entrañas de La Hiena Sport también.

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