Corría el año 2012 y en la cancha del Polideportivo Aquilino Juárez en la ciudad de Cabudare, el público larense era testigo de las proezas de uno de esos futbolistas sagaces que pocas veces se ven y que en todas las instancias se disfruta. Era el juvenil Tiago Geralnik, quién formaba parte de la escuelita Sub-13 del Deportivo Lara, en donde supo ganarse el cariño de los fanáticos y además, supo destacar con su juego.
Los comentarios sobre él no eran menores a «será un gran jugador» o «llegará lejos este muchacho»; sensaciones que causaba en quiénes se acercaban a verlo en el campo… Hoy en día, esas palabras parecen comenzar a tornarse realidad, pues recibió su primer llamado a la selección Argentina bajo el mando de Scaloni y siendo compañero de nada más y nada menos que de Lionel Messi. El chamito que alguna vez jugó en el Deportivo Lara y también en las playas de Anzoátegui, en la actualidad es parte de la llamada «Scaloneta«.
Su padre fue Marcelo Geralnik, quién se desempeñó como Preparador Físico en muchos equipos del país, entre ellos, Mineros, Deportivo Italia y si; Deportivo Lara. En el año 2012, Marcelo fue parte del cuerpo técnico de ese conjunto crepuscular maravilloso que dejó sin oportunidades a las demás nóminas de la nación, sin embargo, al final de aquella temporada, la familia Geralnik viajó hacia Argentina debido a la crisis que se acrecentaba en el país…
Tiago Geralnik se desempeña en la posición de Mediocampista Ofensivo, es un jugador incisivo que siempre busca el gol, peligroso en todos los sentidos del juego, sus características le valieron formar parte del equipo Sub-20 del River Plate de Argentina desde el año 2018. Sin embargo, terminó marchándose en el año 2020 al Villareal de España (aunque el club millonario intentó retenerlo), equipo en el que aún no ha debutado de manera profesional, pero forma parte del Juvenil A del Submarino Amarillo.
Su primera convocatoria será para enfrentar a Venezuela: una de esas jugadas del destino, que si no fuera por la ya conocida mística del fútbol no se entenderían.
Jesús Carnevali