Luego de los Sudamericanos U18, en la rama masculina y femenina, han surgido muchas críticas de parte de los fanáticos venezolanos. Entre todos los comentarios, los que más se repiten son: “dan vergüenza” o “ese equipo que llevaron no sirve”.
Pero ¿por qué somos tan duros con los que nos representan y no vemos lo qué hay más allá?
Para competir en un campeonato sudamericano se requiere de mucha preparación, si queremos obtener buenos resultados. En un mes, que fue el tiempo que estas selecciones estuvieron entrenando, se hace cuesta arriba lograr estar en forma para un evento como este.
Sin embargo, los atletas se esforzaron mucho por hacer un buen papel en las competencias. Estos estuvieron entrenando durante dicho mes 2 veces por día y disputando partidos amistosos durante los fines de semana; alguien que no quiera dar lo mejor de sí mismo simplemente se rinde y deja esta rutina, por lo bastante exigente que es.
Adicionando que son muy pocos los campeonatos que se organizan en el país para darle desarrollo al baloncesto menor, sobretodo en la rama femenina: el último campeonato para estos niños U18 fueron los juegos deportivos que tuvieron una duración de ocho días. Si quizás hubiese una liga de desarrollo, ellos podrían seguir mejorando durante este año, ya que el baloncesto menor solo cuenta con competencias nacionales hasta la categoría U17.
Por otra parte, todos menosprecian a selecciones como Chile y Ecuador con comentarios como “qué pena dejarse ganar por ese equipo”. Ciertamente en años anteriores estos equipos eran un rival “fácil” para Venezuela, pero todo se trata de evolución, pues estas naciones que han venido trabajando fuertemente desde la base para mejorar su juego cuentan con eventos que permiten el crecimiento de sus futuros protagonistas, tanto en la rama masculina como en la femenina y de este trabajo se están viendo los frutos.
Entonces, se critica a los atletas sin saber que esto es un tema que va más allá y además es algo que ellos no pueden controlar. Ningún atleta sale a jugar queriendo hacer un mal papel, siempre salen a darlo todo. Esta vez fueron niños de 15 a 18 años quienes recibieron la avalancha de comentarios; son basquetbolistas que apenas están comenzando su carrera y quizás ver la carga de críticas hacia ellos genere cierta inseguridad e incluso derive en tomar la decisión de no seguir jugando este deporte.
Pero ¿si tú hijo estuviese jugando ahí, escribirías lo mismo en redes sociales?