La llegada de José Nestor Pékerman causó revuelo tanto en Venezuela como en Latinoamérica entera. Las miradas se posicionaron inmediatamente en el proceso que inició el argentino y todo lo que esto conlleva.
Realmente pareciera que nada ha cambiado, tan solo desde lo administrativo —pues el juego será materia de análisis en otro momento—, por ejemplo, se ha recaído en la demagogia; algunas faltas de compromiso por parte de las directivas tanto de la FVF como de la misma Liga Futve.
Y es que, aún seguimos esperando por los anuncios del torneo de reservas, seguimos esperando el inicio de los torneos femeninos, y aunque ya se han hecho algunos movimientos para dar comienzo a la Liga Futve 2, esta oficialmente no tiene fecha de inicio.
Los acercamientos del cuerpo técnico con varios equipos del fútbol nacional no han existido, pareciera que no se le da paso a un proyecto en el que se engloben los conjuntos del balompié nacional, en donde se logre trabajar casi al unísono con el fin de lograr las metas planteadas.
Evidentemente, Pékerman no tiene nada que ver con los procesos dirigenciales; él solo presenta su plan de trabajo y la federación está en derecho de rechazar o avalarlo, y así mismo sucede: en papeles, el proyecto se ve maravilloso, sin embargo, en la ejecución es evidente que este lleva la firma de la FVF.