El jueves 11 de noviembre del 2021 nos tocó visitar a Ecuador. Por distintas razones, el panorama en la antesala era distinto a los demás partidos de esta terrorífica eliminatoria; veníamos de vencer al mismo equipo meridional en la fecha pasada, esto no podía ser tan malo…
De hecho, no lo fue. Se jugó un partido bastante equilibrado, un primer tiempo decente en el que tuvimos ciertas oportunidades, las cuáles no supimos concretar y como aquel viejo refrán dice: «el que no hace, le hacen». Al cierre de esa buena primera mitad, un error en salida de Romo sentenció el encuentro.
Y es que al minuto 41′, Piero Hincapié, en una jugada a balón parado superó la marca de todos los jugadores vinotinto, quedando casi en solitario frente a un arquero dudoso que salió tarde y solo pudo peinar el balón con sus guantes, después de haber sido impactado por el central ecuatoriano. El esférico quedó en el aire por varios segundos sirviendo como método de suspenso, como un punto de reflexión para pensar en nuestras deficiencias… La caída de la pelota dentro de la meta fue la sentencia de la evidente debacle.
El balón parado
A Venezuela, en sus últimas tres presentaciones le han marcado cinco goles: dos desde tiros de esquina, un gol de cobro de tiro libre, un penal y solo una anotación proveniente de una jugada. Es decir, la falta de concentración ha pasado factura en todas sus líneas, y muy posiblemente en el planteamiento de la defensa en esas situaciones.
En el partido contra Chile, un delantero (Eric Ramírez) fue el encargado de defender un córner con marca personal sobre Pulgar, la jugada finalizó en gol para La Roja. Posteriormente se corrigieron algunos detalles pero en un nuevo córner, fue designado a Tomás Rincón de 1.77 metros de altura para marcar al mismo Pulgar de 1.87 metros de altura; de nuevo gol para Chile.
Detalles que parecen pasar debajo de la mesa, pero que aunque ya estábamos advertidos, no se corrigieron. Las pérdidas de marca fueron constantes en partidos anteriores. Se consiguió una mejor salida por parte de los centrales, pero ahora el marcaje se desvanece en jugadas de rutina.
Esa perdida de marca se evidenció en el gol de Hincapié (Ecuador), donde también hay desentendimiento de la jugada, nerviosismo y liberación de sus marcas por parte de varios jugadores vinotinto. No es una situación aislada, es repetitiva y preocupante.
Por otra parte, la lectura de juego por parte de Leo Gonzalez se presta para un análisis profundo. Claro que «el profe» en cancha no tiene tanto tiempo como nosotros en el post-partido, pero morir con 5 hombres en la línea de fondo seguramente no fue lo apropiado, aun tomando en cuenta que el grupo de la Vinotinto se dividía en dos; quedando una línea de tres defensores en el fondo, pero con una utilización de nombres bastante curiosa, por ejemplo: Tomás Rincón como un extremo izquierdo.
Catar está olvidado, parece que solo nos queda el no pasar vergüenza, ya que cumplimos con nuestro calendario y con nuestras obligaciones, pero hace tiempo que dejamos de competir.
En los partidos que nos restan tendremos que cambiar la cara; no es el fin del mundo, pues aún quedarán torneos en los que competir será la prioridad. Sin embargo, aun estamos sin Director Técnico y los problemas directivos e institucionales que parecen arrastrarnos a las penumbras.
Perú, nuestro siguiente rival, no está en su mejor momento y aún así ha sabido jugarnos y sacarnos puntos, tal y como hizo en la Copa América. Debido a esto, es momento de reivindicarnos, aprovechar lo que tengamos a la mano y jugarles de manera distinta a nuestros rivales incas.
¿Podremos salir del sótano de Conmebol?
Jesús Carnevali (@yeezyhendrix)
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