Venezuela posee hoy en día un sinfín de torneos de fútbol. Estos van desde municipales y estadales con un perfil amateur, hasta torneos de fútbol sala femeninos avalados por la Federación Venezolana de Fútbol. Este gran universo de ligas y campeonatos se traduce a ser el rubro con mayor número de empleos directos en Venezuela.
Gerardo Blanco, cronista deportivo, a través de un tweet asegura que «en todas las categorías del Futve participan 9.224 jugadores. ¿Cuántas industrias del país tienen a tal número de personas dedicada a una actividad de forma directa?». Y entonces, ¿cómo es que un negocio tan grande como lo es el fútbol nacional, acarrea tantas deudas?
A día de hoy hablamos de que un aproximado del 50% de los clubes que hacen vida en la Liga Futve poseen una deuda con su nómina. Entre ellos, los casos más graves son los de Aragua F.C y Estudiantes de Mérida FC, el primero sin tan siquiera poder gestionar los viáticos de sus viajes y el segundo con un déficit de 6 meses con sus jugadores.
El tema de las deudas viene de años atrás; Venezuela posiblemente sea la nación sudamericana donde han desaparecido más equipos por problema económicos. Y a su vez las deudas se originan mayormente por la falta de estructura empresarial en las instituciones: ningún club de fútbol venezolano puede sustentarse a sí mismo, y debido a esto, deben esperar inyecciones de dinero. Las esperanzas de los directivos se centran en ingresar a puestos internacionales, donde puede que llegue una cifra alta en dólares y así recuperar la inversión. Si esta situación no se da es cuándo se empiezan a ver los números rojos.
El modelo de gerencia deportiva del balompié nacional, parece estar copiando la estructura del deporte más lucrativo en Venezuela, y sí, es que la LVBP se da el lujo de presentarse tan solo breves meses luego de una gran inversión por parte de algún «caudillo» empresarial y luego se ven los resultado de esta. Sin embargo, el fútbol es muy diferente. Este deporte puede durar un año en competencias y tomando en cuenta al equipo femenino, el de reservas y las filiales, nos encontramos de nuevo con el gran universo que hablamos al principio del texto. Debido a esto, la estructura debe ser distinta a la que se ha estado desarrollando, al menos se debería buscar una «clubalización«, debido a que ninguna de las escuadras en Venezuela es realmente un club. Algunos solo cumplen con sistema de abonados sin más. No obstante, el sistema de clubes, con socios y demás (como en Argentina) podría ayudar de manera financiera a las aspiraciones de los equipos, de la liga y… ¿por qué no? de la selección nacional.
Artículo de opinión escrito por Jesús Carnevali