El anuncio causó furor entre todos los seguidores del baloncesto nacional: Cododrilos de Caracas y Marinos de Anzoátegui se verían las caras en el choque inaugural de la Superliga Profesional de Baloncesto…
La rivalidad es sencillamente indiscutible, ambos dominaron los tabloncillos venezolanos durante muchos años y se creó un sentimiento de competitividad memorable, especialmente entre aficiones. No obstante, los problemas internos comenzaron a carcomer al «acorazado oriental» desde adentro, y entre las deudas y los desacuerdos dejaron a la franquicia al borde de la extinción.
Pero uno de los factores más interesantes de todo esto es el del tiempo. Los recuerdos de aquellas finales se mantienen vívidos; casi se pueden tocar al cerrar los ojos. Es por eso que perder la noción de cuántos meses han pasado desde el último Cocodrilos – Marinos es tan fácil.
Y aunque no lo parezca, aquel último partido ocurrió hace cinco años. En la campaña 2017 de la LPB, saurios y orientales lucían como contendientes para ganar el título y peleaban en la parte superior de sus conferencias. Guaros y Guaiqueríes hacían lo posible por oponerse a la hegemonía de ambos respectivamente, y todo parecía indicar que la postemporada sería bastante reñida.
Fue así como llegó el 23 de mayo del 2017. No sería el último encuentro de la temporada, pero sí uno de los finales. El Gimnasio José Beracasa de Caracas se vistió de gala para un choque que era considerablemente común, sin que probablemente nadie se imaginara que no volvería a ocurrir hasta más de 60 meses después.
Durante aquella noche, Marinos dominó en los dos primeros cuartos; Cocodrilos reaccionaría en el tercero pero acabaría sucumbiendo ante el acorazado en el tramo final. La efectividad en triples tampoco ayudó a los caraqueños, con un complicado 1/9 en tiros de larga distancia. Finalmente, el marcador fue de 79 – 75 para los de Anzoátegui.
Concluido el choque, en los días posteriores ambos llegarían lejos en los playoffs, pero Guaros se proclamaría monarca del baloncesto venezolano al eliminarlos a los dos. Saurios caerían en finales de conferencia y Marinos serían derrotados en la final… A partir de allí, las situaciones comenzaron a confabularse para que no volviera a haber una nueva edición de esta rivalidad.
Al año siguiente, en 2018, se tomó la decisión de no programar partidos interconferencia, al igual que en 2019. Por si fuera poco, Marinos no volvió a clasificar en ningún torneo, por lo que el poder disputar un encuentro ante sus archirrivales se hizo cuesta arriba. Posteriormente, en 2020 llegó el Coronavirus y luego se instauró la Superliga, a la que el acorazado no pudo acceder por los ya conocidos problemas de impagos.
Ahora, con la creación de la SPB y la reintegración progresiva de los conjuntos LPB, se abre de nuevo una brecha para que la historia de este clásico se siga escribiendo. Queda entonces la incertidumbre, de si se podrá repetir algún día una final entre anzoatiguenses y caraqueños…
