Lo normal y cotidiano es que los medios de comunicación posen su mirada por completo en los hechos más trascendentales del mundo del deporte: todos los reflectores, micrófonos, cámaras y grabadoras siempre se enfocan hacia el muchacho que hizo más goles o el que sacó más jonrones. Ojalá supieran las personas que fuera de toda aquella cobertura mediática también hay grandes historias.

Viernes 6 de marzo de 1998, parece un día más en la ciudad capital del país; Caracas late a su ritmo, en algunos lugares más fuerte que en otros. Venezuela estaba a las puertas de una época agitada, pero aun así no era un mal lugar para crear una familia. Ese mismo día Yosmar Oropeza traería a una nueva vida al mundo… Había nacido su hija Tabatha.

La pequeña tuvo una infancia muy feliz, casi ideal. Mamá y papá la amaban con todo su corazón y gracias al fruto de su esfuerzo nunca faltó nada en casa. La profesión de él (su padre) siempre estuvo ligada al mundo del deporte; Rubén Segnini fue preparador físico de los Tiburones de La Guaira durante más de 25 años y para aquel momento continuaba con su trabajo. La pequeña entonces tendría en su ADN el gen deportivo.

Se sentía fascinada por la actividad física, acompañaba a su hermano a todos los juegos de béisbol que podía e inclusive se metía “clandestinamente” en los entrenamientos de su padre. A los 3 años comenzó a nadar y ahí duró hasta los 6, luego jugó tenis de alta competencia: todo iba por un muy buen camino, estaba en una de las disciplinas que más recibe apoyo en su rama femenina y su familia la respaldaba.

Borrón y cuenta nueva

Es en torno a los 16 años cuando decide dar un vuelco a su vida; su alma le imploraba hacer algo distinto, salir de su zona de confort y fijarse nuevas metas. Ella ya había conocido el futbol en sus tiempos libres, pero en aquel momento decidió meterse de lleno en ese mundo.

No es una decisión ligera, los sueños de ambos deportes contrastaban muchísimo. En el tenis las atletas reciben más atención y pueden optar por becas en el exterior, además de aspirar conseguir algún día puntos WTA. No obstante, la valentía la llevó a decantarse por una actividad que lamentablemente para las mujeres tiene poca cobertura, muchas trabas en el camino y algún que otro riesgo; aunque eso sí, también con mucha pasión y corazón.

Comenzaba así el largo camino hacia la superación personal, partido a partido como diría aquel famoso entrenador argentino. Sus padres la apoyaron desde el primer momento, aunque a Yosmar le costaba un poco más ver como su hija se dejaba la piel en el campo, porque esto significaba recibir golpes de manera constante, cosa que empeoraba más si se toma en cuenta que Tabatha es delantera.

Pero ahí iba ella, escalaba peldaño tras peldaño y en medio de un país que se desmoronaba consiguió crear una buena base y a los 18 años debutó con el UCV FC, donde estuvo un par de temporadas para luego marcharse a la que es su casa actualmente: Metropolitanos de Caracas. Aunado a todo esto, comenzó a estudiar fisioterapia, cosa que compagina con el futbol y con su vida personal.

Corazón y garra

No es fácil surgir en el deporte femenino venezolano en general, hay muchísimos problemas al respecto como los “amiguismos” o la falta de apoyo por parte de las autoridades y de las empresas privadas, pero aun así hay gente que sale a diario e intenta dar lo mejor de sí, porque el alma es más fuerte que cualquier cosa.

Tabatha Segnini es un ejemplo a seguir para muchas de las niñas venezolanas que desean comenzar en el balompié, porque habiéndolo tenido todo, decidió comenzar de nuevo como una auténtica guerrera y enfrentarse directamente a la adversidad para poder cumplir sus sueños, porque así son las atletas de esta tierra, mientras más dificultades tengan que afrontar, más fuertes se vuelven.

En palabras de ella: “las mujeres nunca deben permitir que alguien les diga que no pueden, con constancia y pasión podemos lograr lo que nos propongamos”. Es por eso que estamos seguros de que Tabatha cumplirá sus sueños, será una gran fisioterapeuta y una gran futbolista… Quién sabe, quizás el día de mañana la veamos en algún periódico o en la televisión: dentro o fuera del campo, con el uniforme de jugadora o atendiendo a alguna estrella del deporte mundial. Pero eso sí: sea lo que sea lo hará con la misma dedicación y empeño de siempre.

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Ángel Torres

CREADOR Y REDACTOR

20 años – Amante de las perspectivas diferentes y de las historias. Incondicional fanático de la práctica de todo tipo de deportes.

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