Pareciera ser que la orfandad de títulos, de alegrías o de victorias, nos hace entregarle esa grávida responsabilidad a «Los Chamos» de las categorías inferiores quienes usualmente consiguen resultados en un territorio aplacado por la igualdad de condiciones, justamente eso lo vimos recientemente con la Vinotinto Sub 20, y ahora con la Sub 17.
Y aunque el fútbol es de procesos, no es necesario que los nombres que aparecen en las nóminas juveniles de selecciones, sean los que posteriormente aparezcan en la mayor.
De hecho, en el fútbol formativo, no debería ser necesaria ni siquiera la victoria… Y aunque suene contraproducente, me refugio en la frase de César Luis Menotti, que profesa que «si las divisiones inferiores de un club se organizan para ganar el campeonato de novena, octava, séptima…, lo único que vamos a conseguir son malos jugadores de fútbol (con las salvedades del caso). Lo que sería el mal menor. Porque todavía vamos a sufrir un agravante: la deformación del joven urgido a ganar títulos, cuando las divisiones inferiores están para formar al jugador y al hombre.«.
Y es que, realmente de muy poco sirve ostentar un torneo sudamericano de divisiones inferiores, sin embargo, de mucho valor es el tener una veintena de jóvenes que saben jugar al fútbol, que disfrutan ya sea de tocar el balón o de regatear. Con esto, eventualmente llegarán las victorias.
El título de este artículo es un extracto de una de las tantas frases que ha soltado «El Profe», Luis Vilchez, esta vez, en un Twitter Space de El Estímulo, justamente cuando se habló de la generación de relevo y la importancia de integrar a estos jóvenes al proyecto de la mayor.
No es sensato pensar que unos jóvenes que no pasan los 17 años, deban ingresar tan temprano a los procesos de «La Vinotinto» mayor. A pesar que algunos de ellos ya se desempeñen en equipos profesionales y sean piezas importantes, como David «La Joya» Martínez, no obstante, también hay jóvenes que apenas cumplen sus procesos de formación en los equipos a los que pertenecen. Como dice Menotti «Con las salvedades del caso».
Entonces, ¿qué hacemos?
Si bien es cierto, la paciencia es una virtud, llevamos poco menos de un siglo a la espera de alguna grata noticia en nuestro fútbol… A consideración propia es necesario invertir más en los equipos del fútbol local, pues, ¿de dónde saldrán las estrellas entonces?.. Y aunque se dice fácil, no es una tarea sencilla.
Las estructuras, el personal, los instrumentos, son costos que se deben asumir. De igual manera, la exigencia debe estar centrada hacia los clubes, no hacia las selecciones, que reúne a lo mejor del Futve en escasas fechas del año.
Y sí, habría que apostar por un título continental, sí, pero a nivel de clubes… aspecto, que se encuentra en deuda con el fútbol nacional.