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Wuilmer Becerra: En búsqueda de un sueño

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Wuilmer Becerra con los Mets – Fotografía: Anthony DiComo – @AnthonyDiComo

Era un día como cualquier otro del ya lejano 1999 en la ciudad de Caracas. Los edificios se alzaban imponentes sobre el paisaje y el Ávila observaba con tranquilidad todo lo que ocurría a sus pies. Consuelo Benavente llevaba de la mano a su pequeño Wuilmer Becerra, caminaban rumbo a uno de los campos de béisbol ubicados en el sector 23 de Enero.

Consuelo y Wilmer habían acordado que su hijo tenía que aprender algún deporte y no había mejor idea que el béisbol. Esa tarde Wuilmer (con un nombre muy parecido al de su padre) pisó un terreno por primera vez con tan solo cuatro años. La verdad es que él no sabía muy bien qué hacía allí y como es habitual a esa edad pasó la práctica un poco distraído.

Era un niño común, iba algunos días a la semana a “entrenar” pero como la gran mayoría de sus compañeros (quienes no pasaban de los cinco años) a veces prestaba más atención a las hormigas, a las nubes o a la tierra en sus tacos, que a atajar la pelota o a batear.

Conforme pasaba el tiempo las cosas comenzaron a cambiar. Un par de años después Wuilmer Becerra era un poco más consciente de todo lo que lo rodeaba y en ese momento construía los cimientos de lo que luego sería su carrera. Sin embargo, sus padres nunca tuvieron la intención de que él fuera profesional, la idea era que se divirtiera y pasara un rato agradable.

En casa todo iba bien, Wuilmer era el único varón, tenía una hermana mayor y dos hermanas menores. Consuelo y Wilmer se habían separado, pero ninguno permitió que su situación personal influyera en el amor que le tenían a sus hijos, así que (aunque cada quien por su lado) siempre estuvieron ahí para ellos y en todo momento les brindaron apoyo.

Wuilmer seguía jornada tras jornada en su proceso de aprender a jugar béisbol; era algo que corría por sus venas. Wilmer, su papá, había sido scout de grandes ligas y para aquel momento trabajaba con Tigres de Aragua así que ambos vivieron bastantes anécdotas en el José Pérez Colmenares de Maracay.

El terreno de los bengalíes le trae muchos recuerdos – Fotografía: Prensa Tigres de Aragua

Un jonrón del corazón

En 2009 conoció a Allenairam, una muchacha de Valencia con la que se llevó muy bien. Se hicieron amigos y mantuvieron el contacto. Un tiempo después llegó uno de los días más felices de toda su vida, ya era un adolescente y vivía en Bejuma. Sus padres se habían dado cuenta de que tenía un futuro prometedor y apostaron a su carrera como pelotero. En 2011 llegó el momento, aquel que tanto esperan los jugadores, era considerado uno de los mejores prospectos del país y firmó con Toronto Blue Jays por una cantidad de dinero bastante abultada.

Ese mismo año conquistó uno de sus más grandes logros, pero este no fue en el campo: Allenairam y él se hicieron novios, de esta manera comenzaron una bonita relación. Todo parecía ir muy bien encaminado, demasiado podría decirse.

Al año siguiente su barco cambió de rumbo, llegó a la organización de los Mets de Nueva York, aunque todavía jugaba en ligas menores. A partir de allí comenzó una especie de montaña rusa para Wuilmer Becerra con momentos muy buenos y con ratos amargos. Tuvo años espectaculares, fue considerado una de las grandes promesas del béisbol, inclusive fue incluido en el roster de Grades Ligas y llegó a jugar Spring Training, pero no pudo dar el salto definitivo.

En la temporada 2014 – 2015 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional debutó en el país con Tigres de Aragua, jugar allí en Maracay fue una muy buena experiencia, en parte porque cuando era más joven había ido bastantes veces a ver al equipo.

Aragua fue su primer equipo en Venezuela – Fotografía: Prensa Tigres de Aragua

Comenzar de nuevo

A pesar de todos los pequeños avances, en 2016 las luces del estadio parecían apagarse momentáneamente para él. Tuvo una lesión en el hombro y las cosas se complicaban cada vez más. A finales de ese año los Mets renovaron su contrato y su sueño seguía vivo. Sin embargo, en 2018 ocurrió algo que lo marcó; el equipo decidió dejarlo como agente libre y quedó prácticamente a la deriva.

La incertidumbre se apoderó de él, sus metas se veían más lejanas que nunca, pero encontró un aliciente en las cosas que más amaba: la pelota y su familia. Jugó con Navegantes del Magallanes y en los instantes más difíciles sus padres y esposa le dieron todo el apoyo que necesitaba.

Wuilmer durante un entrenamiento – Fotografía: Prensa Magallanes

Actualmente sigue con la nave turca, disfruta de cada partido y siente un fuerte compromiso con la afición. No ha parado de fijarse objetivos y quiere volver al béisbol organizado. Sus más grandes sueños son ese y formar una linda familia con dos o tres hijos. Wuilmer es una excelente persona, a quien le deseamos que pueda seguir adelante con mucha fuerza, estamos seguros que dentro de un tiempo lo veremos brillar de nuevo allá en el país de las barras y las estrellas.


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Ángel Torres

CREADOR Y REDACTOR

20 años – Amante de las perspectivas diferentes y de las historias. Incondicional fanático de la práctica de todo tipo de deportes.

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Desde el Palco: Claros y oscuros para el Magallanes

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Hoy, en nuestra columna «Desde el Palco», hablaremos de la pelota venezolana, que recién comenzó hace unos días. Más específicamente nos referiremos al conjunto que he seguido desde hace muchos años: los Navegantes del Magallanes…

Los turcos comenzaron un poco fríos, debutaron contra el Zulia y el equipo en líneas generales se vio bien, hasta cierto punto. Se trata del mismo núcleo del año pasado, aunque el punto débil que se deja ver es (de nuevo) el picheo. Todo parece indicar que se va a tener bastante ofensiva pero aun así faltan lanzadores; de hecho, los dos juegos que ha perdido la nave turca se le han escapado por carencias en el bullpen.

Aquel partido lo inició Erick Leal con cinco innings y dos tercios, y se fue con una hipotética victoria que al final no pudo conseguir, lo que particularmente no me parece justo. Francamente, el equipo debería traer a un relevista más, y si queda espacio, también a otro abridor. Tienen más cupos para traer importados a causa de la sanción de la OFAC, así que esa puede ser una buena oportunidad.

Quizás también haya que trabajar un poco en la defensiva, que no se ve como un punto fuerte. Personalmente me gusta la idea de hacer pruebas como colocar a Vielma en segunda base y a Noriega en el shortstop. A Anthony Pereira le cuesta un poco más el trabajo con el madero, así que creo que sería un experimento bastante interesante sentarlo y que cumpla otros roles.

De cierta manera, también falta algo de picardía o variedad en las jugadas: tocar la bola, robar bases y ese tipo de aspectos que pueden hacer la diferencia. Hasta ahora, ha habido cierta lentitud para mover a los lanzadores y tomar decisiones, aunque las cosas apenas están comenzando todavía.

Probablemente sea pronto para hablar de méritos, aunque para mí el mejor jugador del equipo hasta ahora ha sido Gabriel Noriega, sin embargo, como mencioné anteriormente no me parece que se vea muy cómodo en la posición y quizás sea interesante hacer ajustes. Alberth Martínez, en cambio, lamentablemente no se ha visto bien: quizás sea solo un mal momento, pero luce un poco frío.

También creo que a partir de noviembre el equipo puede cambiar de cara completamente. Esa posible combinación de Pablo Sandoval con los demás maderos puede ser peligrosa. No obstante, veo complicado que llegue a pelear el título con Caribes o Cardenales, aunque ciertamente la pelota es redonda y las circunstancias pueden cambiar.

Espero que si traen a otro tipo de refuerzos, sean lanzadores y no bateadores. La organización tiene buenos bates, suficientes diría yo. En los dos primeros juegos se empujaron muchas carreras y en cambio se recibieron demasiadas; más de las que necesitaría cualquier otro equipo.

Juniors Villalobos (@juniorsvillalobos)

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Yadier Molina no seguirá con el Magallanes

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Según reportes de varios medios de Puerto Rico, Yadier Molina tomará las riendas de los Criollos de Cagua, de cara a la próxima campaña de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente.

El exreceptor, que tuvo su primera pasantía como manager a cargo de la nave turca, volvería a su país y dejaría al Magallanes. Cabe destacar que la dirigencia en ningún momento lo descartó para seguir en el mando del equipo.

Sin embargo, la propia gerencia ya asoma algunos nombres, entre los que destaca el de Omar López, para tomar el timón.

El gerente de la divisa carabobeña, Luis Blasini, informó que durante los primeros días de Mayo se reunirá la junta directiva, sin descartar la posibilidad de traer a Omar López, quien había acordado dirigirlos para la campaña 2021-2022. Dicho acuerdo no se concretó en vista de las sanciones de la OFAC. No obstante, estas restricciones ya no tienen vigencia, así que López podría ser el nuevo manager de los eléctricos.

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Wilson Álvarez llevará las riendas del picheo de Centauros

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Centauros de La Guaira se ha movido recientemente para garantizar una temporada exitosa en la Liga Mayor de Béisbol Profesional (LMBP). En uno de sus últimos movimientos, anunciaron en los últimos días la contratación de Wilson Álvarez como coach de picheo para la próxima edición del torneo.

Álvarez viene de ser campeón en la LVBP con Leones del Caracas en ese mismo rol, además, también levantó el título en la 2016 – 2017 con las Águilas del Zulia. Por lo tanto, su experiencia como instructor de lanzadores puede representar un plus para la franquicia guaireña.

Los «mitológicos» culminaron la zafra pasada entre los peores registros de picheo de la liga, tras recibir 231 carreras —176 de ellas limpias—, lo que les valió ser el segundo conjunto que más rayitas permitió. Aunado a esto, terminaron en la sexta casilla de la efectividad, con 4.48.

Esta será la primera experiencia de Álvarez en la LMBP, aunque ya había sido anunciado en 2022 con Senadores de Caracas, pero no pudo asumir el cargo. A escala internacional, el marabino ha pasado por State College Spike (NAA), la antigua Liga de la Costa del Golfo y Pericos de Puebla en la pelota mexicana.

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